Ficha

<p>Michael Jackson lo hizo todo en la música. Dotó a sus canciones de imágenes imborrables en la memoria colectiva y redefinió las bases del mundo del espectáculo. Su humilde infancia, el ascenso al trono del estrellato y los escándalos que intentaron derribarle, hicieron que su vida artística y personal se convirtiera en un manantial incesante de ríos de tinta. Todo parecía haber sido escrito hasta ahora sobre él. Toni Arias, estudioso de la carrera del artista, recoge, por primera vez en un libro, los intentos del icono del pop por atravesar su última frontera: el cine. Considerado por Jackson como la clave para la inmortalidad, su debut en el séptimo arte llegó de la mano de una brillante actuación en El Mago (1978). En adelante, el cine constituiría una constante en su vida. Lo que hoy conocemos como videoclip nació gracias a su insistencia por fusionar la disciplina cinematográfica con la musical. Su búsqueda de productores musicales que tradujesen los sonidos que emanaban de su imaginación iba paralela a la de directores que plasmasen en imágenes el contenido visual de cada una de sus historias. Un periplo que le colocó ante las cámaras de cineastas con estilos tan dispares como John Landis, Martin Scorsese, David Fincher o Spike Lee. A diferencia de otros cantantes, sus amistades pertenecían más al ámbito de la gran pantalla que al sector musical, como fue el caso de Marlon Brando o su inseparable Elizabeth Taylor. Además de su constante inspiración en el cine clásico y su participación en distintas bandas sonoras, el libro descubre también una de sus pasiones menos conocida: los videojuegos. Interesante a partes iguales para cinéfilos, gamers y admiradores de la estrella, Magia en movimiento: Michael Jackson a través del cine y los videojuegos nos sumerge en la historia del pop en imágenes, en decenas de proyectos inalcanzados, en la quimera del guión perfecto, y en las incursiones en el mundo de los pixels de uno de los artistas más brillantes del siglo XX.</p>